Ingredientes: Harina de trigo, lecitina de soja y agua.
La lecitina de soja:
La lecitina puede ser considerada indudablemente como un factor de juventud, un regenerador de cada parte del cuerpo y de la mente.Aumenta la digestibilidad y absorción de los nutrientes incrementando el nivel y almacenamiento de vitamina A.
Es importante para ayudar a regenerar y revivir las células cerebrales perezosas, la memoria. Corrige la debilidad sexual y el agotamiento glandular, en niños en desarrollo, especialmente con problemas de aprendizaje, del rendimiento atlético.
La lecitina también está presente de forma natural en nuestro cuerpo.
Para conseguir la lecitina de soja, las semillas de soja se
limpian, se descascarillan y una vez abiertas se enrollan para formar copos
delgados. Se extrae el aceite de dichos copos, quedando una mezcla que contiene
aceite de soja y lecitina. A continuación, se calienta ese aceite crudo y se le
añade agua, lo que provoca que la lecitina se hinche formando una emulsión
gelatinosa que puede separarse sin dificultad del aceite. Tras este proceso, se
separa el agua en forma de vapor quedando la lecitina cruda en forma de aceite.